En un lugar perfecto
El sol se está tumbando sobre los edificios del horizonte tintándolos de naranja y rosa. El cielo está despejado de nubes y una cálida brisa ayuda a las aves a elevar el vuelo haciendo mil piruetas.
El verano se termina.
En una terraza del último piso de un hotel han puesto una mesita. Sobre ella hay una taza de café y un plato con diversa bollería. Espero a que me traigan un vaso de zumo de naranja mientras escribo sobre vidas que no son mías, pero que de alguna forma sí que me pertenecen.
Llevo ropa cómoda, el sonido de las teclas me anima a seguir escribiendo, a seguir fantaseando...
Me podría pasar la vida en este estado, detenida eternamente en el segundo perfecto, en el lugar idóneo... Con el alma llena.
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